Debo reconocer que en un primer momento la práctica de las 1000 fotos me resultó bastante absurda. Y de hecho sigo pensando que lo es un poco, porque al no ver las fotos que has hecho no puedes saber dónde has errado y dónde no. Sin embargo, ha sido una oportunidad para conocer los entresijos de mi cámara y la verdad es que he descubierto muchas cosas que no sabía.
Como no quería cansarme enseguida de hacer fotos sin carrete, decidí hacerlas en mis ratos libres y no durante todo un día. La primera vez que cogí la cámara fue el viernes, en Zaragoza, en los Pilares. Estuvo bastante bien, porque nunca había estado allí y todo me parecía nuevo, así que tuve muchas cosas que fotografiar: la gente vestida de Baturros, los parques, árboles, edificios...
El siguiente día que cogí la cámara fue el martes y me ocurrió algo muy curioso. Llegaba yo a casa, cuando de repente me encuentro con la prensa en mi portal. Eso me sorprendió mucho, porque no me esperaba tal recibimiento. Como mujer que soy no pude evitar caer en la tentación de preguntar lo que pasaba. La respuesta me dejó sin palabras: ¡estaban allí porque uno de los vecinos de mi portal había sido secuestrado en México! Yo había oído la historia en la radio, pero ni mucho menos podía imaginarme que el hombre viviera en mi portal. Así que muy decidida yo saqué la cámara y me puse a hacer fotos. Creo que con eso me he ganado la eterna enemistad de mis vecinos, pero bueno, todo sea por la causa...
martes, 16 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario