





Esta práctica me ha gustado especialmente porque puedes utilizar la imaginación y a la vez jugar con las reglas de la composición.
La primera de todas las fotos la hice en la terraza de mi casa, lo que fue toda una odisea, ya que está en obras y no hay terraza propiamente dicha. Solamente están las baldosas que se ven en la foto, pero no hay barandilla ni nada y además hay que salir por la ventana. Así que prácticamente puede decirse que me jugué la vida por hacer la práctica. Bueno, es evidente que exagero, pero sí que daba vértigo mirar hacia abajo.
Por otro lado, escogí esos dos elementos porque me hacía mucha gracia el contraste del tamaño entre el bateador y la pelota. El fondo me pareció muy apropiado porque las rayas del suelo me permitían hacer una fotografía bastante simétrica.
Las demás fotos las hice todas en Yamaguchi. Tengo que reconocer que me lo pasé muy bien, aunque la gente me miraba sorprendida, porque iba de un lado a otro colocando a mis muñecos y haciéndoles fotos. A pesar de que pensasen que estoy desequilibrada, continué con mi cometido y creo que con bastante buen resultado. Mi intención en todo momento era integrar a los personajes en el paisaje. La verdad es que no resultó muy difícil, porque mis personajes eran un duende (típico del bosque), una oveja y una rana.
Estoy especialmente orgullosa de estas fotos porque, a diferencia de las anteriores, que tuve que retocarlas en el Photoshop porque eran muy malas, apenas he tenido que modificarlas. Espero poder decir lo mismo de la siguiente.
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